Era una tarde soleada aquel sábado 15 de octubre de 1966. El equipo de
fútbol del colegio “Luis Fabio Xammar”, le acababa de ganar por 2-0 al colegio
mercedario. Hugo Rojas y Carlos “chino” Torres, habían convertido los goles del
equipo celeste.
Al final del partido toda la barra vino acompañando al equipo desde el
campo deportivo de la “LeverPacocha” ubicado en lo que hoy es el complejo
deportivo de la universidad huachana.
El contingente xammarino llegó a la Plaza de Armas y allí en plena pérgola,
se tomó la decisión que el lunes 17, todos los alumnos tenían que ir
directamente a la sede principal que era la avenida “2 de Mayo”.
En esos años, el Xammar funcionaba en la calle “2 de Mayo”, en “Alfonso
Ugarte”, en la calle Salaverry y los
alumnos de tercero, cuarto y quinto lo hacían en el flamante local construido
en la carretera panamericana, ciudad de Huacho.
Y en efecto, todo el alumnado llegó al local de la avenida “2 de mayo”. Comenzó
la ceremonia de todos los lunes y al final, la masa xammarina comenzó a vocear
el clásico “asueto”, que era un “derecho ganado”, cada vez que el Xammar
campeonaba en fútbol.
Ese lunes, no había llegado el director Carlos Danos Ledesma. Solamente se
encontraba el Director de Estudios, profesor Gilberto Valdivia Tarrillo, que
remplazaba en el orden jerárquico al director del plantel.
El profesor Valdivia habló a los estudiantes, señalándoles que él no tenía
la autorización para dar el asueto, pero que iba a comunicarse con el director,
vía el teléfono negro de manizuela.
Hubo tensa espera en la muchachada xammarina. Todos seguían de pie, bien
erguidos como nunca. Nadie se movía. Había un silencio total. Todos esperaban
las palabras decisivas del profesor Gilberto Valdivia.
Después de unos 30 minutos de gestiones infructuosas, el profesor Valdivia
Tarrillo sube nuevamente al estrado y comunica a los alumnos que el Director no
se encontraba en su hogar y que no había podido solicitarse la autorización del
asueto.
Solamente hubo una reacción: ¡ Nadie se mueve… asueto, asueto!, fue la
respuesta del alumnado.
El profesor Valdivia sonreía a pesar de la situación. Se encontraba
flanqueado de los profesores Enrique Ángeles Palomino, Bladimiro Reyes,
Teodosio Vega y el profesor Maguiña.
Los gritos continuaban. Los profes conversaban y entonces el Director de
Estudios, toma la palabra y señala. “No tengo la autorización, pero voy a
jugármela. Tienen ustedes el asueto y mañana todos a estudiar”.
Un grito de algarabía se escuchó en el patio de “2 de mayo”. Los estudiantes salieron cantando el himno
xammarino rumbo a sus hogares algunos,
otros se fueron a jugar su partido a la playa.
En horas de la tarde siendo aproximadamente las 4.00 PM. se produce el
terremoto que destrozaría todo el colegio xammarino de reciente construcción.
El tanque de agua cayó encima de las aulas.
Expertos, señalaron que se hubiera producido una enorme tragedia, con
cientos de estudiantes muertos.
Una decisión providencial de don Gilberto Valdivia Tarrillo, salvó muchas
vidas. El profe Valdivia se la jugó. Al día siguiente cuando llegó el director
Carlos Danos Ledesma, lo único que atinó fue darle un fuerte abrazo al profesor
Valdivia.
Hoy el profesor Gilberto Valdivia Tarrillo, descansa en paz. El Señor lo ha
llevado al lado de Oscar Paico y de toda la familia xammarina que ya están en
el cielo.
Pero siempre quedará en el recuerdo de los xammarinos y de los huachanos,
que una decisión providencial de don Gilberto Valdivia Tarrillo, salvó varias
vidas de jóvenes estudiantes del Luis Fabio Xammar Jurado.
Gilberto Valdivia Tarrillo, llegó a ser Director del colegio “Luis Fabio
Xammar”, Director Regional de Educación y
Director del Instituto Superior Pedagógico “San Bartolomé” de Huacho.
Sus restos mortales se vienen velando en el local del Casino Huacho. El sepelio
será a las 3.00 PM.
(Oscar R. Guerrero)
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